Nacido en Queens, Nueva York, hijo de inmigrantes trabajadores que vinieron de Jamaica, soy el tercero mayor de seis hijos. Mis padres trabajaron especialmente duro para sacarnos adelante a mis tres hermanos menores y a mí. Mi padre trabajaba en una empresa de tapicería en Manhattan. Mi madre trabajaba por las noches en la oficina de correos y de ahí iba a trabajar en un pequeño centro de atención para personas con severas deficiencias neurológicas.
Después de la separación de mis padres, mi madre y mis hermanos y yo nos mudamos a Kissimmee, FL. A los 14 años cuidaba de mis hermanos para que mi madre pudiera trabajar por las noches en un centro de detención de menores.A los 16 años, tuve mi primer trabajo en Walt Disney World para ayudar económicamente a mi familia.
Luego de mi graduación en el New Dimensions High School en el 2008, inicié mis estudios superiores en el Florida Southern College donde fui parte de la fraternidad Theta Chi. En 4 años me había graduado de Florida Southern College con dos títulos de licenciatura y una deuda predadora asfixiante. Durante mi época estudiantil luché por mi orientación sexual. Viniendo de una familia jamaicana y una familia con valores e ideologías de la vieja escuela, sería muy difícil que aceptaran que soy gay. No fue hasta mi tercer año de universidad que finalmente pude aceptarme y estar orgulloso de quién soy, sin importarme más lo que pensaran los demás, incluyendo a mi propia familia.
Después de la universidad, como tantos otros, tuve dos trabajos para poder pagar mis gastos y comenzar a pagar mis préstamos estudiantiles. En 2016, mi despertar político ocurrió asistiendo a una reunión de la campaña de Bernie Sanders con mi familia. Esto me llevó a prestar más atención a nuestro gobierno; en cómo funciona y cómo se toman las decisiones. En el 2020, decidí involucrarme más políticamente; Comencé a donar a la campaña de Bernie Sanders, hice visitas a votantes para su campaña y me involucré con otras personas de ideas afines. Mi meta es un país solidario y un mañana mejor.
Durante el último año, todos despertamos a la realidad del país en el que vivimos. Las personas que se supone que deberían luchar por nosotros, no lo hacen. Gracias a la pandemia de COVID-19, vimos las fallas gigantescas en nuestro sistema de atención médica que niegan a las personas tratamientos vitales a cambio de ganancias económicas, y la creciente barrera de la desigualdad de ingresos que divide a nuestro país. Hemos visto a policías blancos asesinar a ciudadanos negros en plena luz del día y en video, y sólo porque podían. Hemos visto el racismo presente en nuestro sistema de justicia, que no sólo justifica a una policía violenta, sino que no hace nada para evitar que la misma tragedia se repita una y otra vez en infinitas variaciones.
Me postulo porque nos merecemos algo mejor. Tu mereces más. Somos la columna vertebral de este país. Somos el motor que lo mantiene en marcha. Merecemos un país que se preocupe por todos. Un país donde todas las personas tienen derecho a una atención médica de calidad, un lugar seguro para vivir y un trabajo ecológico. Es hora de elegir a un líder que no negocie desde el medio mediocre hasta el fondo del barril. Es hora de elegir un líder que te escuche y luche por ti. Estoy haciendo un voto solemne, una promesa inquebrantable de escuchar a cada persona y luchar por sus mejores intereses.
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